El pasado
viernes, nosotros, los alumnos de 1º de bachillerato de Salesianos Atocha,
tuvimos una tutoría un tanto especial.... En grupos de 5, teníamos que
construir la torre más alta de todos, disponiendo para ello de 20 espaguetis,
celo, cordel y una nube de golosina para poner
en la punta y 18 minutos con música para hacer más divertida esta
práctica, práctica conocida, aunque para nosotros totalmente desconocida, como:
el reto de la nube.
Después de
rellenar una hoja con preguntas para nuestra tutora, en mi caso Ana, no
pusieron en grupos de cinco y bajamos todo primero a la primera planta. Nadie
se esperaba nada, pues era una sorpresa, estábamos nerviosos e impacientes por
saber qué era lo que íbamos a hacer.
En los lados
del pasillo había mesas, una para cada grupo, nos dieron una bolsita con los
materiales y nos explicaron en qué consistía el reto de la nube.
Yo iba con Noelia,
Miguel, Manuel y Alberto y la verdad es que cuando dieron el disparo de salida,
nos pusimos a hacer la torre casi directamente, sin pensar en un plan, en qué
haríamos si se cayese la torre…
Trabajamos
en grupo, cortando celo y pengándolo en los espaguetis, el cordel ni lo usamos.
Mientras tanto los profesores nos hicieron fotos. Trabajamos en equipo más o
menos bien y respetamos el turno de palabra normal… Pero no nos podemos quejar,
había límite de tiempo y un ganador, queríamos ganar, es normal que nos
estresáramos. Al principio la torre iba perfecta; alta, bien sujeta… pero poco
a poco se nos fue desmoronando y al final se nos cayó entera. Pero bueno, como
a muchos otros grupos.
El reto de
la nube lo ganó un grupo de mi clase, 1ºF, su torre era altísima, y se llevaron
como premio una bolsa de nubes, que como son majos, nos dieron a los de clase.
Después
subimos a clase y con una diana de trabajo en grupo analizamos lo que
acabábamos de hacer. El objetivo de la práctica era aprender un poco más a
trabajar en grupo, que es lo que siempre nos cuesta más. También nuestra tutora
nos puso un vídeo sobre el reto de la nube hecho en otros sitios y por otras
personas. Lo que me sorprendió mucho fue
que los que mejor hacían el reto eran los niños, incluso mejor que los
arquitectos. Y eso era porque se lo tomaban como un juego, y no como un reto. Finalmente
nos enseñó las fotos de nosotros haciendo el reto de la nube y nos fuimos a casa con una experiencia más
de vida.
Yo esta
práctica ya la hice el año pasado, pero puedo asegurar que no tiene nada que
ver, es más, me salió mucho mejor la torre del año pasado, he aprendido en las
dos. El reto de la nube me parece una práctica muy divertida, lúdica e
interesante y debería hacerse en todos los colegios porque verdaderamente,
merece la pena.
Enlace a la imagen.
Fuentes consultadas.
